Las enzimas son particularmente importantes para los organismos vivos y el mal funcionamiento de incluso una de las aproximadamente 2000 enzimas presentes en el cuerpo puede provocar enfermedades. Un ejemplo de una enfermedad causada por un mal funcionamiento de una enzima es la fenilcetonuria. En él, la enzima fenilalanina hidroxilasa, que convierte el aminoácido básico fenilalanina en tirosina, simplemente no funciona. Esto conduce a un aumento de los niveles de fenilalanina con consecuencias de daño cerebral y retraso mental.[14] Las enzimas del cuerpo humano también se ven afectadas por los inhibidores. La aspirina, por ejemplo, inhibe las enzimas que procesan las prostaglandinas (sustancias que envían señales al sistema inmunológico sobre infección o inflamación), suprimiendo así el dolor y la inflamación. Las enzimas también se utilizan en productos cotidianos como los detergentes, donde aceleran las reacciones químicas durante el lavado (por ejemplo, descomponiendo manchas de sangre u otras sustancias orgánicas).
